Un producto como el café es inspirador por excelencia, por su naturaleza evocadora; que integra forma, color y textura (elementos que son embajadores de su olor, sabor y aspecto). En Coricafé todo evoca al café, empezando por la fachada, hecha de grandes láminas de Neolith. La recepción, por su parte, es la síntesis de un gran interiorismo, con un mostrador de recepción de madera con cortes horizontales en forma de grano de café y en colores sugerentes y cuyo marco es de triple altura, escenario ideal para una gran instalación de pared realizada con 50 círculos en acabados cobre y espejo. Las lámparas suspendidas con acabado cerámico negro y cobre crean el llamado ‘efecto sorpresa’, menciona Esteban Salazar.
El color es fundamental en este proyecto de interiorismo y está presente a través de todos los pigmentos del café, desde que es un grano verde hasta que madura: la paleta de cobres, verdes y amarillos se abre paso por todo el espacio (450 m2). Asimismo, elementos de diseño muy bien pensados acompañan los espacios, como el papel tapiz personalizado con ilustraciones del universo del café, que da fuerza en ciertas paredes y, en otras, el papel de fibra natural cosido a mano con volumen y textura.
Mención especial al laboratorio certificado internacionalmente, diseñado para catas y otras tareas relacionadas con la comercialización del café. Este es el "corazón" de la empresa y fue concebido como un sitio industrial, con tuberías expuestas, equipos de última generación y un diseño que hace soñar a cualquier visitante. Los detalles, siempre presentes en la filosofía de Design Lab, acompañan todo el recorrido por estas oficinas que sin duda llevan el diseño a otro nivel.
