Este pequeño salón de belleza en Escazú posee el alma y la atmósfera global de una esquina de ciudad urbana importante. Un diseño moderno y limpio con ilustraciones clave en las paredes, contrastadas con espejos geométricos contemporáneos, bombillas doradas suspendidas y retratos fotográficos marcan el tono. El mostrador de recepción recibe a los visitantes con bases cilíndricas en oro quemado, creando una declaración de diseño clara. Además, se creó un adhesivo de diseño gráfico audaz para la fachada principal, inspirado en el movimiento de las cejas, proporcionando una apariencia contemporánea y única.